Era
sólo un sueño. Pero, gracias a mucha gente buena que conseguí en mi
camino y algo de perseverancia de mi parte, el sueño se convirtió en
realidad:
Estoy
estudiando en Japón, en la Universidad Técnica de Nagaoka. Disfrutando
de una cultura tan rica, pero a la vez tan distinta a la mía, que todo
lo que pensaba que sabía sobre ella resultó poco. Cada día es como
una nueva aventura, quizás porque sólo tengo poco tiempo viviendo
acá,
o a lo mejor porque así es Japón.
Llegar
a un aeropuerto tan moderno, lleno de gente, luces, anuncios; perdido
totalmente en el idioma, a pesar de haberlo estudiado un poco antes de
venir, ver tantas caras tan poco familiares, fue una de las impresiones
más fuertes que he tenido en mi vida. Saberme en el otro lado de mi
mundo no mejoró las cosas.
Poco
tiempo después de esa primera impresión me encuentro tan a gusto y tan
acostumbrado a la gente y al lugar, que deseo fervientemente volver
después de graduarme..
La
gente me ha recibido de una manera muy amigable. El japonés promedio es
así. Gentil, amable. Poco conversador, pero siempre dispuesto a hacer
lo posible por que te sientas bien.
Tuve
la suerte de haber sido invitado a una pequeña reunión donde un grupo
de extranjeros trataríamos de explicarle a unos japoneses
poco conocedores de otras culturas, las diferencias y semejanzas
de nuestros países. Después de haberlo hecho, nos reunimos a comer y
tomar con ellos en lo que de verdad ha sido mi primer contacto con la
cultura de este tan bello país. Los japoneses asistentes me ofrecían
de comer y beber, a cada momento se acercaban a mi con la botella de
cerveza y me llenaban el vaso. No entendía por qué, a pesar de que mi
vaso estaba casi lleno, ellos se volvían a acercar y me ofrecían más.
Hasta que me di cuenta que de esa forma ellos buscaban entrar en
contacto conmigo, y así sentirse en confianza para preguntarme cosas y
hablar un poco. Lástima
que ésta magnífica oportunidad no la pude aprovechar del todo por mi
falta de conocimiento del idioma. Pero estos amigables japoneses me
hicieron prometerles que el año que viene regresaré a comunicarme
con ellos haciendo un mejor uso de su idioma.
No
estoy solamente impresionado por la manera en que la gente de acá me
trata, sino también por las bellezas naturales que he podido ver, donde
está estampada una historia inmensa, interesante, que hace de la visita
uno de los mejores momentos de mi vida.
Sin
duda, venir a Japón ha
sido hasta ahora la experiencia más impactante que he vivido. Me ha
ayudado mucho a apreciar al mundo y su gente desde una perspectiva más
amplia.
Los
invito a compartir mi sueño......
|